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miércoles, 27 de junio de 2012

RENDEZ-VOUS EN FRANCE

NOS VEMOS EN FRANCIA




Francia implementó en su imagen turística un nuevo logo y un lema “Rendez–vous en France” con el fin de renovar la industria del turismo.

El nuevo logotipo, que presentó Francia denota una silueta femenina, con la misma aseguran sus autores intentaron rescatar algunas claves del país, como ser: libertad; independencia, creatividad, naturalidad, imaginación; Legitimidad: tradición, legado, cultura, entorno; y Sensualidad: romance, placer, pasión, femeneidad.

En tanto, “Rendez-vous en France” (Nos vemos en Francia) es el lema que el Departamento de Turismo que el país europeo ha implementado en forma estratégica para la renovación de la industria turística.

Cabe destacar que el sector turístico es una de las fuentes primordiales en la economía de Francia, la cual recaudó durante el transcurso del año 2007 más de 80 millones de visitantes de todo el mundo.

domingo, 24 de junio de 2012

EL VINO EN FRANCIA



Vinos de Francia

Francia produce cerca de 60 millones de hectolitros de vino a partir de las 800.000 hectáreas de viñedo repartido por todo el país. Se trata del segundo país del mundo por superficie de viñedo, sólo por detrás de España.
De Francia son originarias variedades de uva como la Cabernet Sauvignon, Chardonnay, Syrah, Pinot Noir o Sauvignon Blanc, hoy en día presentes en todo el mundo. A este país debemos también muchas de las técnicas de vinificación que se usan hoy internacionalmente.
Para entender correctamente los vinos franceses y su alta calidad, es preciso conocer el papel determinante que juegan dos aspectos: el terruño (terroir) y el sistema de denominación de origen controlada (AOC, Appellation d’Origine Contrôlée). Hablar de vinos de terroir es hablar de vinos que reflejan su lugar de origen, algo que viene a menudo identificado en las etiquetas de los vinos franceses. Por su parte, las AOC definen que variedades de uva o prácticas de elaboración deben utilizarse en cada una de las denominaciones geográficas existentes.


 
Principales regiones vinícolas
 

 
Regiones menores



 Clasificacion:
 
Hay muchos criterios de clasificación del vino francés. Como en todos lados distinguimos en vino tinto,blanco y rosado. Pero también podemos tener en cuenta los azúcares naturales (según la proporción que el vino contiene de estos azúcares puede ser seco, semiseco, meloso o licoroso) o dependiendo si contiene o no gases (tranquilo o efervescente). Finalmente hay una clasificación por regiones. Cada región, según nos cuentan los franceses, hace que la vid tenga características únicas que hacen a la particularidad de un vino.
En general podemos catalogar a los vinos franceses en cuatro categorías:

 
·         Vin de table (vino de mesa): es la categoría mas general. No es particular de una región, aunque el 75% se produce en la zona mediterránea. La calidad es muy variada, podemos encontrar algunos buenos, especialmente tintos, y algunos muy malos, en general blancos.



 
·         Vin de pays (Vino de país): este es el vino que proviene de una región específica de Francia. Son los vinos que combinan mejor calidad y precio más bajo. Hay dos tipos diferentes: aquellos que se producen con vides locales (pero sin origen controlado –AOC-), y aquellos que se producen con vides no locales (y por ende quedan fuera de la regulación de AOC). 



 
·         Vin délimité de qualité supérieur (VDQS) (Vinos delimitados de calidad superior): es una categoría intermedia entre los vinos de país y los vinos de AOC. 

 
·         Appellation d’origine contrôlée (AOC) (Apelación de origen controlado): es el vino de grado más alto de rendimiento por terreno de producción. Los vinos más conocidos producen botellas de esta clase (como Bordeaux, Champagne, etc.). Para poder ser parte de esta categoría es necesario llevar un registro de los viñedos, la cepa, hectáreas, color, contenido de alcohol, etc. Dentro de esta clasificación encontramos una enorme variedad de calidades y precios.
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sábado, 23 de junio de 2012

LE MACARRON

LE MACARRON

Considerado como una de las joyas de la pastelería francesa, este pastelito redondo expone ahora su carácter más goloso más allá de sus fronteras.

Rosa, verde, amarillo, azul, marrón… En las estanterías de las pastelerías francesas, el macarrón atrae las miradas abriendo el apetito al mismo tiempo. Puesto al gusto del día gracias a la imaginación desbordante de pasteleros como Pierre Hermé, y arrastrado por un entusiasmo sin fisuras del público, este pastelito redondo, derivado del merengue, existe hoy en día en una gama infinita de colores y sabores.


En París, la Maison Ladurée, elaborador de renombre del macarrón dulce, fundada en 1862, atrae a los gourmets de todo el mundo que acuden a saborear sus originales creaciones. A la gama tradicional de macarrones con sabor a frambuesa, chocolate o limón, se añaden regularmente colecciones especiales, que se ofrecen en edición limitada, en función de las temporadas y los acontecimientos. Otro gran nombre parisiense del macarrón dulce es la Maison Dalloyau, fundada en 1802, ¡cuyos antepasados ya orquestaban en Versalles las fastuosas recepciones de Luis XIV!

Aunque es posible atribuir a los pasteleros franceses la paternidad del macarrón dulce tal y como lo conocemos hoy en día, con sus dos cáscaras reunidas por un ganache untuoso, los origines del macarrón son probablemente italianos, o quizá árabes. Este pastelito, entonces simple y sin colores, habría llegado a Francia en el equipaje de Catalina de Médicis, en el siglo XVI. Después habría evolucionado de forma distinta según las regiones, conservando siempre los tres ingredientes que componen su receta básica: clara de huevo, azúcar y almendra.

Hoy en día, el macarrón de las grandes pastelerías parisienses es uno de los orgullos de la pastelería francesa. Los chefs pasteleros, conocidos o menos conocidos, rivalizan en imaginación para poner a punto nuevos macarrones dulces: doble sabor limón-frambuesa, exótico con mango o incluso salado, con foie gras o trufas. En el extranjero, esta pastelería francesa ha cosechado un gran éxito. Pierre Hermé, Ladurée, Dalloyau... han sabido implantar su marca y sus macarrones fuera de nuestras fronteras, en particular en Europa, Oriente Medio y Japón
Macarons
Ingredientes
  • 130 g de harina de almendra
  • 150 g de azúcar glass
  • 2 claras de huevo
  • colorante (a elegir, también puede ser por ejemplo cacao en polvo 25 g)
  • relleno (a elegir)
Preparación de los macarons:
Se baten las claras a punto de nieve y se añade el azúcar glass tamizado. Se sigue batiendo. Se añade la almendra molida y el colorante.
Se mezcla bien todo lo anterior y en una bandeja cubierta con papel de horno se van poniendo montoncitos de crema con una manga pastelera. Han de ser pequeños, y no hay que hacerlos con forma de galleta plana sino mas bien redondos.
Deben reposar durante 35 minutos y luego se mete en el horno precalentado a 175ºC durante 12-15 minutos. Se retiran los Macarons del papel una vez se hayan enfriado.
El relleno puede ser al gusto, por ejemplo chocolate con nata, frosting de vainilla… Finalmente se tapan con otra mitad en forma de sandwich.
Hay que guardarlos en un lugar bien seco ya que con la humedad se ablandan muy rápido.

MONUMENTOS EMBLEMATICOS DE PARIS

WebQuest París y sus monumentos emblemático1

FRANCIA Y SUS LUGARES TURISTICOS. 22 REGIONES METROPOLITANAS

FRANCIA Y SUS REGIONES DE ULTRAMAR

martes, 19 de junio de 2012

LA BAGUETTE

Muy temprano por la mañana, el panadero trabaja la masa para fabricar uno de los mitos de la panadería francesa, famoso en todo el mundo: la famosa baguette.




Con una corteza apetitosa, dorada y crujiente, una miga esponjosa y suave… la baguette es el invitado privilegiado de las mesas francesas. Bienvenida en todas las comidas, representa aproximadamente el 80% de las ventas de pan en Francia.


La baguette tradicional, con fama internacional, se elabora con ingredientes simples: harina de trigo, agua, levadura y sal. Cuenta la leyenda que tomó esta forma alargada por razones prácticas: reducir el tiempo de fermentación y de cocción respecto a los panes tradicionales.


Elaborar una «buena» baguette requiere tiempo, al igual que la preparación de un «buen» pan tradicional. Primero el amasado, la fermentación, la división en pedazos, el reposo y después darle forma… y, por último, las famosas incisiones realizadas en la superficie de la barra por el artesano antes de su cocción.


La baguette es un orgullo nacional… y un saber hacer presente, apreciado y festejado en todo el territorio francés, ¡hasta la presidencia de la República! Cada año, «el gran premio de la baguette de París» recompensa a un panadero que se gana el privilegio de servir el pan en el palacio del Elíseo, residencia del jefe de Estado, durante un año.


¡Cómo no quedar seducido!: untada con mermelada o en forma de bocadillo, como el excelente jamón y mantequilla por ejemplo… Y los panaderos rivalizan en creatividad para ofrecer baguettes variadas y originales: rústica, ecológica, con semillas, e incluso con especias.
La baguette es un largo bastón de pan de aproximadamente 67 cm de altura, unos 5 o 6 cm de ancho por 4 o 5 cm de alto, se caracteriza por su corteza tostada crujiente y dorada, al interior la masa es suave, blanca y esponjosa. Para evaluar la calidad del pan pueden hacer esta prueba : apreten fuerte una rebajanada de baguette si recupera su forma original es una garantía de calidad.
El origen de la baguette no se tiene claro en nuestros días, Wikipedia propone dos hipótesis : la primera data de la época napoleónica, donde todos los panes eran redondos para una mayor conservación pero representaban un problema a la hora de transportarlos, los soldados necesitaban entonces una solución práctica, enseguida los panaderos de Napoleón decidieron concebir un pan largo y delgado, de esta manera el soldado podría llevarlo en el bolsillo de su pantalón aunque según algunos este medio de transporte no era posible teniendo en cuenta el diseño de los uniformes lo cual hubiese afectado el estado de la baguette y por supuesto incomodado todo el camino al pobre soldado.
La otra teoría asegura que el estilo de la baguette fue creado en base a la forma delgada y alargada del pan vienés, concebido en Viena, luego traído a Francia alrededor del siglo XIX. La baguette se habría desarrollado entonces en París en los años 20, ya que necesitaba la mitad de tiempo o incluso menos, de preparación y cocción que los panes tradicionales, pues existía una ley que prohibía a los panaderostrabajar desde las 4 de la mañana, solución bastante efectiva para ellos.
Ninguna de estas versiones ha sido comprobada, son realmente inciertas, de hecho en un artículo sobre elGran Premio de la Baguette está consignado que su creación data de 1830.
A pesar de no conocer su orgien real, la baguette se convirtió en un símbolo internacional de la cultura francesa, ocupa un lugar muy importante en la mesa desde el desayuno donde se puede degustar con un poco de mantequilla blanda y una deliciosa capa de mermelada o sumergirla en una taza de café o chocolate caliente, al almuerzo o cena, como entrada en la mayor parte de restaurantes o en casa es esencial, ya sea sola o acompañada con un toque de pâté o un buen queso blando, igualmente en Francia los sandwich para un almuerzo ligero “demi-baguette” o “paninis” ….

LIBERTAD, IGUALDAD, FRATERNIDAD

«Libertad, Igualdad, Fraternidad», el lema de Francia es parte de su patrimonio nacional.


Asociadas por Fénelon al final del siglo XVII, las nociones de libertad, igualdad y fraternidad se difundieron más ampliamente en el Siglo de las Luces.
El lema «Libertad, Igualdad, Fraternidad» viene de la Revolución Francesa: apareció en el debate público antes de la proclamación de la Primera República a partir de 1790.
Como muchos símbolos revolucionarios, el lema cayó en desuso en tiempos del Imperio. Reapareció durante la Revolución de 1848, impregnado de una dimensión religiosa: los clérigos celebraban el Cristo-Fraternidad y bendecían los árboles de la libertad que se plantaban en aquella época. Cuando se redactó la Constitución de 1848, el lema «Libertad, Igualdad, Fraternidad» fue definido como un «principio» de la República.
Ignorado por el Segundo Imperio, acabó imponiéndose bajo la Tercera República. Sin embargo, se observaron algunas resistencias, incluso entre los partidarios de la República: en ocasiones, se prefería la solidaridad a la igualdad, que implica un nivelado social, y la connotación cristiana de la fraternidad no era unánime.
El lema se inscribió en el frontón de los edificios públicos con ocasión de la celebración del 14 de julio de 1880. Figura en las Constituciones de 1946 y 1958 y hoy en día es parte integrante del patrimonio nacional francés. Se encuentra en objetos de gran difusión como las monedas o los sellos. 

domingo, 17 de junio de 2012